jueves, 29 de diciembre de 2011
ESPERÁNDOTE
He pasado la noche en vela pensándote,
y te he escrito poemas hasta el amanecer,
he dejado encendida a la luna esperándote,
por si quieres volver,
a mi querer.
Y, ¿sabes qué?
Hay un hueco guardado en mi cama que desde ayer,
yo caliento con ansias, con ganas, quiero sentir tu piel,
que acaricies mi cuerpo desnudo, calmándome,
la ansiedad que cómo ves,
da el que no estés.
Y ya lo ves,
Las estrellas no brillan como brillaba ayer
tu mirada ardiente al roce de piel con piel,
el murmullo de besos, silencios, que susurrándote,
nos tenían despiertos al anochecer,
hasta enloquecer.
Y, ¿sabes qué?
Si algún día pensaras que es mejor no volver,
no te culpes, mi vida, yo fuerte seré,
guardaré tu recuerdo en la noche que contigo se fue,
me levantaré,
me puedes creer...
¿Y sabes qué?
esconderé mis lágrimas en la lluvia que al caer
dejará impregnado el aroma del ayer,
cerraré los ojos, dormiré y te soñaré,
te recordaré,
esperándote.
jueves, 24 de noviembre de 2011
25 de noviembre
martes, 1 de noviembre de 2011
¿Sabes qué?
lunes, 12 de septiembre de 2011
Esperanza...
sábado, 2 de julio de 2011
Te recuerdo
sábado, 26 de marzo de 2011
Cosas del Destino
Compungida mi alma solloza silenciosa
en la nocturnidad de un amor secreto
e ingrato en el que se arrastran orgullos
y vanidades por debajo del fango vergonzoso.
El eco de una culpa reclama mi atención
velando mis desvelos,
y entonces siento detenerse el tiempo
de forma insoportable.
Su silueta se dibuja entre sombras
como fantasmas invadiendo mi habitación.
Su perfume destila en la sangre de mis venas
y me impregna de su aroma mi sudor.
Hoy sus besos perezosos
quieren jugar al escondite
y me alarmo al no encontrar
su suave piel al tacto
de mis sábanas de raso.
Se resbala mi esperanza
hasta el témpano de hielo de mis pies
y no puedo evitar de nuevo
sumirme en la melancolía del ayer.
Abrazado a tu recuerdo anhelo morir
y comenzar de nuevo a buscarte
en otro cuerpo o, al menos, nacer
habiéndote olvidado para volver
a conocerte en algún macabro juego
del destino que sin duda goza
morbosamente al verme convertido
en conejito de indias perdido
en un laberinto de amor.
© 2011 Santiago Alonso - Todos los derechos reservados
domingo, 6 de febrero de 2011
¡Locos!
mientras charlaban,
confesaron sus secretos,
sin demasiadas palabras.
Eran tan similares las dos almas,
que no les hizo falta mucho más
para sentir confianza.
Abrazaron sus cuerpos,
les embriagó la calma,
se quedaron dormidos
sobre la misma almohada,
despertaron unidos:
unidos cuerpo y alma.
Y vivieron felices,
aunque el mundo
que locos estaban.