me abracé a la almohada,
esperando noticias,
un gesto, una palabra...
y el silencio eterno
en mi vacía cama,
me recuerda despiadado
la soledad de mi casa.
Ausente y descalzo
camino las horas de un reloj
que por mí no pasa,
se quedó parado
aquella madrugada,
ese catorce de marzo,
esa fecha cruel y amarga
en la que sin decirme adiós
te alejaste una mañana,
sin una despedida,
siquiera una mirada,
llevándote mi calma,
dejándome vacío,
sin brillo ni esperanza.
© 2010 Santiago Alonso - Todos los derechos reservados
1 comentario:
No sé si te lo he dicho
Pero te quiero
un querer abrasivo
que me desgasta
porque sin ti no vivo
por eso basta.
Un querer dañino
que me apuñala
Y tu un asesino
del que ya no espero nada
Pero despídete,
no quiero puntos suspensivos
ni más besos adictivos
Apiádate de mi
dime Adiós y sólo vete.
Todos sentimos eso alguna vez, qué puedo decir!, es hermoso.
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