domingo, 6 de febrero de 2011

¡Locos!


Se desnudaron despacio
mientras charlaban,
confesaron sus secretos,
sin demasiadas palabras.

Eran tan similares las dos almas,
que no les hizo falta mucho más
para sentir confianza.

Abrazaron sus cuerpos,
les embriagó la calma,
se quedaron dormidos
sobre la misma almohada,
despertaron unidos:
unidos cuerpo y alma.

Y vivieron felices,
aunque el mundo
entero creyera
que locos estaban.

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