Y mi voz apagada no se apena,
el vacío de mi cama sin tu aliento
se hace inmenso en esta noche por momentos,
por dolerme se me quiebran los recuerdos,
y confundo hoy tu nombre con tu cuerpo,
y mi llanto silencioso va reptando
por caminos laberínticos que no existen.
Agotado me reclino en esta silla,
Y mis sueños me devoran sin piedad,
¡qué difícil encontrar en esta vida,
sentimientos que te abracen con verdad!
© 2008 Santiago Alonso - Todos los derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario