viernes, 20 de abril de 2012

Ya no está solo el lucero


Mientras el fuego bailaba,
la noche se refugiaba
entre versos y sonrisas,
en esa poltrona, madre,
que hoy está tan vacía,
y en el cielo aquel lucero,
intermitente pedía
que a su soledad oscura
le brindásemos compañía.

Hoy que el fuego te recuerda
en esta noche tan fría,
me asomo a la ventana,
y observo con alegría,
que no está solo el lucero,
que chisporrotea a su vera
otro brillante y más nuevo.

Ya no está solo el lucero,
madre, pues tiene tu compañía,
juntos estáis en el cielo
cuidándome noche y día.
Mientras el fuego baila,
en esta noche tan fría,
yo me refugio entre versos
de penas y de alegrías.


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