La noche se acomoda lentamente,
el eco del perfume de tu ayer
dejó sus garras, tan perennes,
clavadas en los poros de mi piel.
Aroma de un pasado que no vuelve,
y espero cual Penélope su tren,
no puede haber pasado, de repente,
mi vida tan fugaz sin tu querer...
© 2012 - Santiago Alonso - Todos los derechos reservados
Me parece una poesía preciosa. Lo cierto es que me relaja, apasiona, motiva y me engrandece leerte. Gracias.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
ResponderEliminarpones el alma en tus palabras,me traes lejanos recuerdos,de dolores inmensos que la juventud regala
ResponderEliminar