lunes, 12 de septiembre de 2011

Esperanza...


Abrazado a este sinsabor amargo y seco que deja como resaca la espera, siento reprimirse una lágrima que aguarda enquistada pudriendo mis tejidos emocionales. Soñé tantas veces contar contigo, que siento haber perdido la eternidad del tiempo que nunca tuve. Hipotecado de experiencias sigo viviendo condicionales que hieren bajo la piel muerta de cicatrices pasadas. Y recuerdo las palabras de una exnovia diciéndome al despedirse: "lo que no mata, nos hace más fuertes".

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